domingo, 8 de junio de 2008


Solamente cuando las condiciones climatológicas son muy, pero que muy adversas, no me presta salir a correr. Sobre todo cuando se producen fuertes rachas de viento por la zona del Paseo, donde uno se deja gran parte de sus fuerzas en una lucha contra el dios Eolo .

El resto de las veces es un verdadero placer, pero sobre todo me encanta correr con lluvia. Esos días de tormenta en los te calzas las zapatillas y te escapas a esquivar charcos por los carreiros de la Torre, en los que parece que eres el dueño del paseo, y únicamente encuentras a algún despistado que ha salido a pasear el perro y lo ha pillado la lluvia; correr por el dique y tener a unos gatos como únicos compañeros de carrera, y llegar a casa totalmente empapado.

Nos acercamos al verano y con el debería llegar el buen tiempo, pero ilusos, entre que estamos en Galicia y el inminente cambio climático, no sabemos si nos tocará correr acompañado de Lorenzo o bajo mi querida lluvia.

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